Durante el Siglo XIX e inicios del XX Valparaíso fue la escala obligada para el tránsito naviero entre los océanos Atlántico y Pacífico. Durante este tiempo se avecindaron en la ciudad importantes grupos de extranjeros venidos de lejanas y diferentes latitudes.
Fruto de ello, la humanidad dejó en este puerto, tanto como amores, una enorme cantidad de especies materiales de la música que los inmigrantes traían consigo para sus rituales y para recordar ancestrales costumbres. Valparaíso los acogió; un porteño, luego, los recopiló.
Fernando Ramírez Escare tiene hoy en su poder, más de 600 instrumentos étnicos de cuerpo presente en el Museo Organológico de Valparaíso. Y es que por más de 32 años este hombre se ha dedicado a coleccionar instrumentos musicales del mundo, la mayoría recolectados en Valparaíso, y a través de la Organología, su disciplina, a estudiar su procedencia, materias primas de construcción, la afinación, manejo e historia, entre otros oficios.
Hoy, instrumentos musicales de las más diversas culturas del mundo pueden ser visitados en la exposición permanente y única en América Latina .
Visitar este lugar es, en definitiva, viajar por el mundo a través de la música. Sin embargo, es sobre todo conocer el instrumento que la ocasiona, con toda su carga de misticismo; ese instrumento utilizado por algún otro hombre que en otras latitudes crea las melodías traduciendo climas, geografía, sentidos, religiones y vivencias.
La invitación a realizar este viaje está hecha. Un recorrido en el tiempo para encontrarse con las diferentes culturas que han pasado por Valparaíso dejando en este puerto quizás el más grande de sus amores: sus instrumentos musicales.